El gran violinista Paganini, tenía esta frase que
le hacía mas importante. Cuando acababa un concierto,
el público aplaudía desaforadamente y gritaban todos:
"Otra, otra, otra..." Y Paganini, sonriente decía siempre:
"Paganini, mai ripete." Con esto dejaba a los oyentes con
ganas de volver a oírle.
La idea es buena, se trata de no llenar nunca demasiado
el vaso y dejar que la gente tenga mas sed. O sea nunca
saturar, llenar a tope y que rebose aburriendo; hay que
dar el caramelo pero poco a poco y que todos tengan mas
deseo sin estar nunca satisfechos del todo.
Es igual que las telenovelas o las películas de suspense,
nunca decirlo todo y hacer trabajar el deseo y
la imaginación para que el interés nunca se pierda.
Si descubrimos el misterio, ya no hay misterio, si
despertamos el deseo, el misterio sigue.
Es una magnífica lección de comunicación, de márketing
y de sentido común: "Hombre harto no es tragón."
Cualquier idea, cualquier producto que vendamos hemos
de darle su parte de misterio, de secreto, (Como la
Coca Cola), para que la gente lo pruebe vea que le gusta
y repita, sueñe con ello y lo busque con ansia.
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