No siempre es bueno cambiar por cambiar.
Muchas veces echamos a perder logros importantes y costosos por el placer de innovar.
El gran problema que tenemos hoy es el equilibrio.
Equilibrio entre innovación, digitalización, Inteligencia Emocional, razón, moral y felicidad de la persona.
La analítica nos enseña a ser coherentes, justos en los juicios y sobretodo equilibrados y eso se aprende diariamente y siendo necesarios técnicos que nos abran los ojos para ver cosas que pasamos por alto.
Los miles de impactos que percibimos a diario por nuestros sentidos nos condicionan la vida. Y eso lo saben las grandes empresas y los grandes grupos empresariales y políticos.
Una mentira repetida se convierte en verdad y una verdad despreciada y vilipendiada se termina por odiar. Es así la mente humana.
Un buen comunicador ha de ser no solo honesto, tiene que demostrarlo con integridad reconociendo no solo las verdades, sino también sus errores para crear confianza; primer paso de la venta.
Creer ciegamente en lo que se dice.
Decirlo con amor, entusiasmo y fuerza sincera.
Oír, escuchar y ver la reacción del oyente.
Todo esto lo sabemos pero a la hora de actuar lo olvidamos y vamos al camino mas sencillo, diciendo todo aquello que nos viene en mente sin ver las consecuencias de nuestras palabras.
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