"Intoxicación por el exceso de publicidad."
La saturación de datos, de ofertas, de impactos a los sentidos, marean la mente del cliente y crean un estado de desorientación, inseguridad y desconfianza.
Ante la rapidez enloquecida con la que cambia los productos y servicios ha llegado un momento en el que pensando en "marear menos la perdiz", el comunicador tiene que buscar la colaboración, la participación del cliente formando el mensaje a partir de sus propias sensaciones y experiencias.
Un sistema muy manido es el de los cuentos, historias, las viejas parábolas de los libros antigüos.
Si cuentas algo que sea el cliente--oyente el protagonista con sus propias palabras y sentidos.
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