"Ante la crisis muchas empresas
tienen que despedir gente y esas
personas se convierten en enemigos
por perder su puesto de trabajo,
lo que acelera el derrumbe de la
empresa.
Hay un sistema que los convierte
en amigos y defensores de la empresa
que les ha despedido:
Hacerlos socios. Pequeños accionistas.
Pasan de estar despedidos a poseer una
parte de la empresa que ya conocen y
por su propio interés, tienen que ayudar,
promocionar y sobretodo, hablar bien."
Todos defienden lo que es suyo.
Y para empezar hay que pedir la opinión
de todos y de cada uno para salvar la
empresa. Todos aportarán algún punto de
vista y hasta soluciones útiles para sacar
a flote la empresa que se hunde por la
crisis.
Muchas cabezas pensantes es una riqueza
de conocimientos que se debe aprovechar.
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