Todo está manipulado, o sea, todo está dirigido para conseguir unos fines, muchas veces , ocultos, nefastos o cuando menos, sospechosos.
Ayuda a la manipulación la tecnología , ya que sorprende, dirige y hace mejorar el estado de bienestar acallando toda crítica.
A pesar de esta gran manipulación, de la que todos
somos más o menos conscientes, la consentimos por necesidad, comodidad o simple ignorancia, pero ahí
está.
El consumidor lo sabe que es manipulado y sabe también que es muy difícil salir de sus redes por lo que desea ver productos y servicios muy claros, trasparentes y adaptados a su necesidad y momento
más oportuno. Por lo cual el vendedor para conseguir su confianza tiene la obligación de cumplir esos requisitos de trasparencia, honradez, y sobretodo,
demostrar la veracidad de todo lo que se dice.
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