"Compramos cosas que no necesitamos,
con dinero que aún no hemos ganado y
nos pasamos la vida quejándonos."
Esta es la triste realidad de muchas
personas hoy.
Nos sobra de todo menos moderación
en el consumo.
Compramos cosas como si fuéramos
a vivir eternamente y luego vienen los
embargos, las deudas impagadas y l
miseria que nosotros mismos hemos
cultivado por nuestra falta de ahorro
y previsión.
El buen vendedor es consejero, dosifica
y mima la economía de cada cliente ,
personaliza el gasto según sus necesidades
y posibilidades evitando el endeudamiento
excesivo, abusivo y usurero.
Evita llenar la despensa del cliente por
aquello de : "Pan para hoy y hambre
para mañana."
Poco a poco sin avaricia mantiene
la confianza del cliente.
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