Fortiter in re, suaviter in modo.
Cambiar es necesario pero hacerlo bien obligado.
Los cambios que tenemos que hacer en nuestra vida , en los productos, en la empresa, en la comunicación han de tener todos una raíz, una base, unos principios, Valores inamovibles. Raíces profundas.
Seriedad, honestidad, seguridad y firmeza en nuestras convicciones con el fín de que cualquier cambio sea externo, de maquillaje, de adaptación, de generar confianza y conseguir hacer crecer nuestro árbol, podando ramas secas que ya no sólo han dejado de dar fruto, tampoco hacen buena sombra y lo único que hacen esas ramas viejas es quitar energía al àrbol e impedir su crecimiento mermando frutos y vida.
Así pasa en las empresas, productos, comunicación y todo lo relacionado con la vida. Si queremos avanzar rápido, como lo exigen los tiempo, hay que aligerar peso.
Limpiar y deshacernos de lo que ya no vale y nos impide cambiar a mejor en esta era digital que estamos inmersos.
Adaptación, cambio que nos obligan al aprendizaje contínuo, la apertura, la comunicación participativa y abandonar nuestras capillas para formar parte de la gran catedral común. Salir de nuestro estado de comodidad y unirnos al tren de alta velocidad ligeros de equipaje.
En esta nueva era industrial o cambias o te cambian y vas de remolque.
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