Estamos metidos en una rueda que cada día va acelerandose, más rápidos y no podemos estar quietos, salvo para aferrarnos más a ella.
Esta vorágine de vida no solo es imparable, es ya necesaria. No sabríamos vivir sin móvil, sin tecnología, sin estar pegados al atrapamoscas que sea, TV, deporte, reuniones, trabajos sociales, actos de altruismo y alimentar nuestro ego en todo.
Cada día nos aparecen nuevas sorpresas que nos descolocan y nos obligan a cambiar el rumbo, los planes y las estrategias que hemos programado durante mucho tiempo, dinero y a veces , hasta con sacrificio.
Lo que decía el gitano viejo al médico: "Antes no podía comer jamón porque no tenía dinero. Ahora que tengo dinero, no puedo comer jamón porque me lo prohíbe el médico."
Es difícil adaptarse a los cambios pero en esa adaptación esta nuestra supervivencia y la de nuestra empresa.
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