Tanto el fracaso como el éxito lo llevamos
dentro de nosotros.
Nuestra forma de pensar, de ver las cosas
nos condiciona para el éxito o fracaso.
Si crees que puedes, puedes y si por el
contrario, crees que no puedes, no te
esfuerces, no puedes.
Así de sencillo es el éxito. Todo depende
de nosotros mismos. Si tienes un motivo,
encontrarás el medio de conseguirlo.
"Nunca pongas el parche, antes que la
herida".
Pensamos mas en las dificultades que vamos
a tener, cosa que muchas veces solo
existen en nuestra mente, que en el
éxito ya conseguido.
¿Y las dificultades?
Aparecerán, pero no las anticipemos, solo
pensar en estar bien preparados por si
acaso aparecen, pero la fuerza hay que
hacerla siempre hacia delante, nunca atrás.
Nadie se le ocurre correr mirando hacia
detrás siempre; solo de vez en cuando
para ver la estela que dejamos que sea
la correcta.
Si visitamos a un cliente que consideramos
difícil, nunca pensemos que es imposible
venderle nada, el pensamiento condiciona
y si llegamos a el pensando que NO, va
a ser que NO. Mientras que SI, será SI.
Todo depende de nuestro pensamiento que
transmite su energía positiva hacia el
cliente y este la capta de tal forma que
si le es imposible comprar, hasta puede
llegar a enfadarse consigo mismo por no
poder hacerlo.
Sal siempre de casa por la mañana con
tu pensamiento de éxito, positivo, sonríe
aunque nadie de vea, sonríe para ti.
Si empiezas bien es fácil que acabe bien
mientras que todo lo que mal empieza,
mal acaba. Tu decides.
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