A CADA COSA SU NOMBRE

Hablar con claridad y propiedad es decir el nombre
 de cada cosa con la mayor exactitud.

Pero hay un nombre que es obligado decir siempre
y varias veces, en una comunicación: El Nombre
 de la persona con la que hablamos.

Hablar con Juan, con el Sr.García, con Dña.Catalina,
Don José, Licenciado , Doctor,  con quien sea; hay que
 decir el nombre aunque la persona esté presente.
¿Porqué?
Porque la palabra mas familiar y la que hemos oído mas
 veces en nuestra vida es nuestro propio nombre y cada
 vez que suena nos sentimos aludidos y familiarizados
 con el, con lo cual es el primer síntoma de empatía con
 esa persona, ya hay algo en lo que estamos de acuerdo,
 mi propio nombre que sirve para abrir caminos de
 comunicación, comprensión y afinidad.

Si durante una comunicación, venta, coloquio, o simple
 información, decimos el nombre de la persona con la
 que queremos comunicar, esa persona se siente atraída
 hacia nuestro mensaje al oír su palabra favorita, su
 propio nombre; con lo cual será mas fácil que acepte
 nuestro producto, mensaje o consejo.

Por supuesto que hay que decir bien el nombre, de lo
 contrario sería mal efecto.
Es aconsejable, llevar una lista de los nombres de los
 clientes y antes de comunicar con ellos, leer su nombre,
 resultado de la entrevista anterior y deseos rechazados
 como puntos importantes para esa persona.
La mejor memoria....el lápiz. Apunta todo y lo recordarás.