Estamos todos con el culo al aire.
Ya no hay secreto que cien años dure.
Cualquier cosa que digamos, hagamos o
podamos soñar, está controlada por el
Gran Hermano; el hacker de turno.
Hace poco en pleno Atlántico, un barco
estaba sacando un cable submarino para
"pinchar", la información de fibra
óptica que transmite de una a otra
parte del Atlántico, entre continentes.
Y esto es solo un pequeño ejemplo, hay
cada día miles de "pinchazos" en todas
las antenas y cables y es que figuran
millones de dólares por el aire a diario.
Junto con la ciberseguridad, se impone
la claridad, la verdad, la honestidad
y el respeto a todo y a todos.
Ya sabes cualquier cosa que digas o
pienses, puede ser vista y oída.
Lo que no quieras que suceda, ni lo
sueñes.
Mientras que las cosas buenas, vocéalas,
no te las guardes para ti.
Que tus clientes te vean limpio y así
confiarán y seguirán siendo clientes.
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