" Si quieres conocer a los demás,
conócete primero a ti mismo."
Ya lo decía hace mas de dos mil
años Sócrates. Conocerte es empezar
a conocer a los demás.
Y si es difícil conocernos, cuanto no
será conocer a otros.
Lo que no se conoce, se dice en
Márketing, no se desea, no se quiere.
Así que dedica aunque sea un minuto
al día a conocerte mejor. Meditación,
relajación, y dejar la mente en blanco
para que salgan de dentro lo que está
oculto, oprimido por las prisas y el
exceso de actividad y ruido.
La concentración empieza por dejarnos
llevar por los sentidos, recibir sensaciones,
oír sin escuchar, ver sin crear imágenes,
sentir sin emocionarse, oler sin recordar....
es simplemente dejarnos llevar hacia
ninguna parte.
A medida que conozcamos nuestras reacciones
conocemos las de los demás. Improvisación,
irracionalidad, incoherencia y falta de
sentido son el resultado de muchas acciones
de nuestra vida. Pero dentro, siempre hay
un motivo oculto al cual debemos llegar
para descubrir de verdad, cómo somos.
Es necesario conocer para saber.
Si vas a pescar debes conocer la clase
de peces que hay bajo el agua para
poner el cebo mas apropiado, que no
es el que a ti te gusta, sino el que
le gusta a los peces.
Y lo mismo pasa en la vida si
quieres tener éxito en la comunicación,
venta o cualquier negocio. A mayor
conocimiento de tu cliente, mejor oferta
y más éxito por ambas partes.
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