Confundir causa y efecto es el peor error
para tomar decisiones.
Entre lo que sabemos y lo que creemos
saber, la verdadera causa la maquillamos
y tomamos decisiones equivocadas muchas
veces.
La solución es sencilla. Paciencia y objetividad.
Para ver con claridad hay que limpiar bien
la lente, prejuicios aprendidos y enfocar bien el verdadero objetivo.
Recordar siempre que nuestra mente está
condicionada por lo que ha aprendido por
lo cual, siempre se equivoca si no sigue
el protocolo de la objetividad.
Las cosas no suelen ser como aparecen y
nos obligan muchas veces a tomar decisiones malas.
¿Como puede una decisión empeorar el
problema?
Piensa con frialdad, pero actúa con
decisión.
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