Somos esclavos del móvil, del whasapp y lo
peor es que no nos damos cuenta de ello.
Creamos nuevos estrés con la dependencia del
teléfono que miramos mas de cien veces
desde que nos despertamos hasta que nos
acostamos a descansar.
Con el teletrabajo y la facilidad para estar
interconectados no solo llevamos el trabajo
encima, sino toda la casa, el coche, la familia
el deporte, la vida social....nuestra vida ya
depende del teléfono para subsistir.
¿Qué pasaría si un día nos desparecieran las
comunicaciones?
En ello están ya trabajando los malos de la
película para paralizar ciudades enteras.
Tenemos que estar conectados, pero solo lo
justo y necesario y usar el clásico bloc y el
lápiz antiguo para no solo recordar, sino
por el ejercicio mental que nos obliga a
hacer al pensar y ver lo que escribimos
sin depender de ordenadores digitales.
Aunque en Francia ya hay una legislación
que impide contestar a correos fuera de
horas de trabajo, se tardará mucho en
conseguir ser libres por unas horas ya
que el Internet de las cosas nos ata cada
vez mas al móvil.
La rapidez con la que funciona el mercado
nos arrastra a estar conectados: Smart cities
llenas de sistemas TI tradicionales, Big Data,
Cloud....dispositivos interconectados y lo peor
es cuando la interconexsión la llevamos
dentro de nuestro cuerpo, como los nuevos
dispositivos para el control de insulina, o
medidor de parámetros cardiacos.
A parte del estrés que supone el peligro al
que nos exponemos con ciberataques que
pueden hacer peligrar nuestra propia salud
y la de miles de personas. En una palabra
que parecemos robots dependientes de otros
robots.
Se impone volver al campo , desconectar
escribir en papel, hablar directamente con
las personas, oír la naturaleza y admirar
todo lo que sucede a nuestro alrededor sin
tener que mirar la pequeña pantalla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario y procura no ser ofensivo conmigo, solo intento aportar mi granito de arena, estoy abierto a diferentes opiniones y sugerencias, muchas gracias.