El buen vendedor sabe que la venta buena siempre
empieza por un NO.
Si empieza por si, si, si....algo falta o algo se esconde.
Para decidirse a comprar hay que coincidir la idea
que tiene el comprador en su mente con el producto
y eso solo se comprueba con el "No", no, quiere
decir no acabo de ver exactamente lo que yo quiero.
No hay argumentos suficientes como para comprar.
No encuentro la verdadera necesidad de ese producto.
Y es ahí donde entra la sagacidad del vendedor para
preguntar y descubrir de forma exacta lo que precisa
el cliente.
Cuando la venta es fácil, desconfía.
La venta es como hacer un traje a medida, tiene que
tener muchas pruebas y correcciones para que sea
del total gusto del comprador.
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