En base a estas dos premisas, honestidad y astucia, ha nacido el hombre más rico de China, Wang Jianlin.
Del ejército aprendió la disciplina, la lucha, el sacrificio y de Confucio la sabiduría y entre ambos tenemos a este superhombre de los negocios.
Logra extender la cultura china por el mundo, sin dejar un solo día de luchar a pesar de su abultada riqueza, ah, y nunca ha ido a la Universidad, al igual que muchos triunfadores del mundo.
La universidad te da conocimientos viejos, pasados o quizás del momento pero no te enseña a pensar por tí mismo, a ver las cosas desde otro punto
aunque sea absurdo. En una palabra, la educación es reglada, es repetir aquello que a unos les ha ido bien pero nunca aseguran que a otros que copien les irá igual.
Este es uno de los secretos de Wan, copiar no sirve para nada, hay que innovar, mejorar y crear cosas desde el mismo absurdo.
Todo lo que se piensa se puede realizar.
¿ A qué estás esperando ?
Lánzate y si no sabes nadar, aprende mientras tragas agua.
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