Hoy cualquier producto, salvo muy pocas excepciones, tienen una vida cada vez mas corta; es mas, algunos sólo son creados para un momento.
Este estrechamiento de vida de los productos, gracias a la tecnología, nos hace estar continuamente mejorando el presente. Viendo estas innovaciones continuas y adaptando todo nuestro sistema de vida a ellas.
Por una parte es fantástico pero por otra corremos el peligro de crear una desorientación en la que perdamos valores vitales como la humildad, el altruismo, la empatia, la generosidad, el respeto, la confianza y sobretodo, dar sentido a nuestras vidas.
Si vendes algo, lo tienes que mejorar constantemente.
Lo que hoy es tu éxito mañana puede morir o ser tu ruina; piensa siempre en mejor cada día. Quedarse quieto, hacer todo igual, es retroceder. La monotonía, como no sea arte, aburre.
Y lo mas sorprendente es que para mejorar hay mil maneras,
ya sea añadiendo pequeños detalles o cambios o simplemente quitando algo superfluo.
El mayor enemigo es el miedo que nos impide romper moldes y salir de nuestro estado de confort.
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