Anta la gran facilidad de exponer dudas, falsedades y mentiras, inexactitudes, equivocaciones, errores que luego cuestan mucho, la solución es: "Cuestionar". "Preguntar, preguntar y preguntar."
Las clásicas preguntas que nos hacen pasar por ignorantes pero que luego nos dan la ventaja del acierto en las decisiones:
1ª ¿Quien lo dice?
2ª ¿Porqué lo dice?
3ª ¿Para qué lo dice?
4ª ¿Cómo lo dice?
5ª ¿Dónde lo dice?
6ª ¿En qué momento lo dice?
Contestando a estas preguntas podemos encontrar la verdad de lo dicho y el sentido expresado u oculto del mensaje.
Pero a su vez son verdaderos argumentos de venta si los empleamos para convencer al cliente de algo que nos interesa a ambos.
Argumentos con fundamento y datos reales contrastables.
Con lo cual las preguntas sirven para dar o recibir si están bien presentadas y con voluntad de no engañar.
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