La Ley del 80/20, funciona.
El 80% de nuestras decisiones son por motivos
emocionales, mientras que el 20%, razonales.
De aquí que si queremos conseguir algo, de
alguien, vayamos directamente a despertar
sus emociones, ya sea con historias, vivencias,
sentimientos y aventuras fuertes que despierten
emociones.
Las emociones están por encima del dinero,
y como decía Sócrates :
No agradecería a quien me diera dinero,
pero sí a quien me quitase mi ignorancia.
El conocimiento es mover la voluntad a saber
cada vez mas y como decía Aristóteles:
El beneficio de los maestros es como el de
Dios y como el de los padres y a estos tres
nadie puede tener un agradecimiento igual
al beneficio.
Si a ese 80%, añadimos conocimiento, cimentamos
cualquier decisión. Empezando siempre por conocernos a nosotros mismos, como bien decía
Luis Vives:
Cosa es de hombres de poco entendimiento
andarse tras conocer a otros y no conocerse
a sí mismo.
O sea para poder emocionar, tienes que estar
tu mismo emocionado y no se trata de hacer
un papel de cine o teatro, se trata de una
vivencia personal que se transmite de forma
irremediable y segura. Lo que tu vives, es lo
que verán y vivirán los demás.
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