El cambio forma parte de toda la vida.
Hay dos tipos de cambios, el cámbio cíclico,
y el cambio estructural.
No podemos controlar ninguno de los dos.
El cambio cíclico es el que se repirte con
algunas variaciones con cierta frecuencia,
la Bolsa, los precios, las vacaciones...
Y el cámbio estructural es el que arrastra
hacia nuevos caminos, como Internet, los
móviles, las redes sociales, el Big Data....
Este último cambio es vital para subsistir,
no podemos negarnos y nos obliga a estar
muy atentos a sus adelantos diarios y
contínuos.
El cámbio estructural , si queremos que
no nos desborde y nos arrolle, hay que
tomarlo con pasión, con fuerza , con optimismo,
con energía y siempre apasionados por el
cambio y sus novedades.
Es como una ola ola gigante que hay que
cabalgar con nuestra tabla de surf, disfrutando
y saliendo victoriosos. Sin dejarnos hundir
por su enorme fuerza controlando su
energía con nuestra inteligencia y entusiasmo.
La palabra entusiasmo, viene del griego y
significa, llenarse de Dios, y en eso consiste
el verdadero entusiasmo para cabalgar la
gran ola de las nuevas tecnologías.
No vale la indiferencia, ni esperar a que otros,
Nos saquen las castañas del fuego. Hay que
avanzar al mismo tiempo.
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