En la cocina nunca manda el cocinero,
manda el plato.
Si el plato vuelve a la cocina vacio....buena
señal mientras que si vuelve mediolleno,
malo.
El plato es quien dice si el cocinero acierta
o no con el gusto del cliente, que al fin y
al cabo es quien paga.
Ver la aceptación de los productos o servicios
es siempre la parte mas importante de cualquier
negocio y no tenerlo en cuenta es fracasar.
Puedes tener unas ofertas rompedoras, muy
innovadoras, muy apetecibles pero si el cliente
no las acepta, ya sea por exceso como por defecto
o simplemente por no ser el momento oportuno,
no valen nada esas ofertas.
Oportunidad y precisión sin pasarse y llegando
al punto justo que desea el cliente, tanto en
calidad como en precio. No por añadir mas
es mejor....mucho azúcar no es bueno, puede
ser el cliente diabético.
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