Lo más valioso en la vida es el tiempo.
El multimillonario Onasis, al decirle los
médicos del hospital de París que le quedaban
días de vida, les prometió ante Notario que
si le prolongaba la vida un año, les daría
todo el dinero necesario para construir el
mejor hospital del mundo y no pudieron
con toda la tecnología prolongar más de
dos semanas su vida.
El valor del tiempo lo vemos cuando se
termina.
Perder el tiempo contando nubes, esperando,
no haciendo nada útil, es quemar etapas de
la vida que nunca volverán.
En las empresas, como en la vida misma de
cada persona hace falta organización para
aprovechar cada minuto, ya sea creando
riqueza propia, descansando para rendir
más o simplemente corrigiendo errores.
Si en una reunión de empresa donde hay
10 personas, todos opinan lo mismo, sobran
9 que están perdiendo el tiempo.
Hay muchas formas de aprovechar el tiempo
y la mejor es sentirse útil para los demás
enriqueciéndose y compartiendo conocimientos
como el caso de Amancio Ortega, Juan ROIG
y muchos mas personajes anónimos.
El valor del tiempo lo apreciamos al final
cuando ya no queda mecha en la vela
porque ya hemos quemado toda nuestra
vida. Y es por eso que si no disfrutamos,
somo felices y hacemos felices a los demás,
de nada valen los deseos. Acción y rapidez
ante la vida que se nos va de las manos
sin pensar nuestra edad de jóvenes o ya
maduros.
Por eso cuando un cliente quiere algo hay
que dárselo ya, lo más rápido posible. Hacer
perder el tiempo a otras personas es robarles
partes pequeñas de su propia vida.
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