El ser humano es un animal gregario, necesita de los demás para vivir. Formar parte de una comunidad, un rebaño donde se sienta protegido pero a su vez ser diferente, destacar, hacerse ver, demostrar su propia personalidad dentro del redil.
Como compaginar estas dos necesidades es uno de los secretos del buen vendedor.
Demostrar la singularidad y a su vez la pertenencia a la comunidad donde se siente cómodo y protegido.
La una no puede estar separada de la otra.
Vender diferencia dentro del grupo.
Dar a cada cliente su toque de personalidad que resalte pero sobretodo que el grupo lo vea y lo valore.
Héroes anónimos no valen, sí héroes que sean admirados y reconocidos y de aquí las carreras, los ejercios, los logros, las aventuras y el riesgo para ser los mejores.
"Serás como Dios". Ya lo leemos en los libros sagrados que la serpiente puso esta primera tentación al hombre en el paraíso. Ser como Dios.
Y así seguimos pensando, incluso, como dice Nietzche: "Deus ex machina".
Somos aprendices de dioses y sabemos que el tiempo se nos acaba en este mundo.
Vender futuro, paraísos, cielos, notoriedad y supervivencia, siempre ha sido negocio.
Cualquier producto que intentemos vender ha de estar encuadrado en estas dos características:
"Seguridad gregaria y Personalidad diferencial.".
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