Hoy, en plena era cibernética el gran negocio, el que mueve más dinero, es el que menos se oye, del que menos se habla. Es el negocio del robo cibernético, que no es el ataque destructor de datos por virus.
El robo, no destruye, no te enteras y posiblemente nadie se enterará jamás.
Robar datos para empresas, con miles de millones por medio es hoy el negocio más rentable ya que en un momento determinado las huellas del ladrón, desaparecen totalmente.
Los millones de dinero y el tiempo invertido en investigación de una empresa pueden venderse a otra sin que los propietarios lleguen a sospechar de ello.
Estos robos son cada vez más comunes y más difíciles de detectar.
Países pioneros en Internet disponen de servicios de detección que a su vez sirven para autofinanciarse y esto lo acabamos de ver
en la campaña política americana al descubrirse datos secretos de los contrincantes políticos.
Claro que un pobre navegante por la Red, no tiene nada que perder pero si es bueno saber "Nadar y guardar la ropa".
Cambia con frecuencia tus claves.
Usa en ellas distintos signos y números.
Intercala cosas raras en la clave.
Y por supuesto, escribe en un papel, el cambio para no olvidar y guárdalo en sitio seguro.
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