Hermes es el dios griego del comercio y se le representa con un casco en la cabeza con dos alas y a su vez dos alas también en los pies.
El mensajero veloz que también es al mismo tiempo protector de los comerciantes y también de los ladrones que necesitaban alas para huir de la justicia.
Es curiosa coincidencia, comerciante y ladrón con el mismo patrón.
Lo cierto es que muchas veces para vender hay que engañar, exagerar, estafar y en cierto modo, robar y salir corriendo.
Pero hoy cada vez es menos seguro ya que existen leyes que defienden al comprador y castigan al vendedor engañoso.
Si centramos la venta solo en nuestro propio negocio, mal vamos, hay que pensar en el cliente que es en definitiva quien nos da de comer con su compra.
Compartir beneficios y considerar primero el beneficio del cliente que es quien manda en toda compra y tratar de engañarle supone :"Pan para hoy y hambre para mañana. " Ya que con el engaño no solo perdemos un cliente, pueden suponer muchos los que se pierdan y hoy más por los medios de Internet.
Cuidar mucho la satisfacción del cliente ya que es ahí donde reside nuestro futuro como empresa.
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