Un martillo puede ser una excelente herramienta de trabajo pero también puede ser un arma asesina.
Todas las cosas dependen del uso que se les da.
Las palabras en si son inofensivas pero en determinados momento y dichas de alguna forma rara, pueden convertirse en nefastas.
Todo en la vida depende del uso, forma y maneja que le demos.
Podemos decir a un cliente que un producto es muy bueno, pero si la voz, la entonación no vibran, no motiva. Hay que reforzar las palabras con gestos, lo que se llama lenguaje corporal para convencer mejor del mensaje que transmitimos.
Hasta la basura, bien usada, puede dar buenos frutos en el campo y sin embargo sigue siendo basura.
Cuidar mucho en los mensajes no solo las palabras, los gestos, los sentimiento sinceros, sino también, el momento y el lugar donde se expresa. Y por supuesto ante qué personas y en qué circunstancias están esas personas no nos pase como aquel hombre que iba en el autobús con 4 niños pequeños alborotando y molestando....un viajero recriminó al padre de mal educado en adelante con palabras muy fuertes y al final el hombre habló con lágrimas en los ojos y dijo que venían del hospital de ver a su madre que en su presencia acababa de morir. que les perdonaran.
Por eso es vital saber el estado de ánimo y los pensamientos del oyente para no lanzar el mensaje en vano. esto también forma parte del buen uso de la herramienta de la comunicación.
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