La mente humana recuerda sensaciones.
Las cosas se compran por sensaciones, por impulsos, motivaciones no racionales aunque algunas veces persigan un fin muy racional.
El caso de D. Antonio, cura párroco de la iglesia . Salían del sermón cuatro mujeres ya de edad, entre ellas mi madre.
Hablaban de D.Antonio que era un piquito de oro, lo bien que hablaba y lo bien que se explicaba.
Intrigado por la curiosidad les pregunté sobre qué había hablado. Se miraron unas a otras y la respuesta me dejó helado:
"No sabemos de qué habla, pero qué bien habla."
Anécdota real.
Y es que las formas, queramos o no son más importante que el contenido muchas veces y en muchas ocasiones.
Cuida la imagen que es la que de verdad vende.
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