No hay peor acierto
que confundir
causa con efecto.
Buscar siempre la causa en todo
es la única forma de acertar en algo.
Lo más fácil y sencillo siempre es centrar
toda la atención en el efecto, llegando a
olvidar la verdadera causa.
Cuando el cliente se olvida de las instrucciones
y hace mal uso del producto, hay que procurar
nunca enfadarnos y con mucha paciencia
enseñarle el uso del producto y si fuera posible
comprobando que lo ha comprendido ya que
la mala comprensión suele ser la causa.
Hay casos muy curiosos, como me contaba
una cajera de un supermercado. Cada dos días
iba una anciana a cambiar la botella de leche
porque se le estropeaba. ?..a la pregunta de donde
guardaba la elche , ella, con toda inocencia decía
que junto al radiador para mantenerla caliente.
Hay cosas increíbles como esta , pero ciertas y
suceden , incluso con personas de aparente
distinción.
El vendedor ha de comprobar con humildad
que el cliente no sólo comprende sino que va
hacer un uso correcto del producto, entre otras
cosas porque en caso que no consiga lo que espera
la culpa va a ser siempre del vendedor o del mismo
producto.
Así pues, paciencia, humildad y confirmar que el
cliente sabe usar adecuadamente el producto
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