Solo no se equivoca
quien no hace nada,
y aun así se equivoca.
El problema no es equivocarse,
el problema es nuestra reacción
ante la equivocación.
Una equivocación ha de ser la mejor
lección de humildad, de comprensión,
de conocimiento y de aprendizaje.
Con las crisis, que vivimos siempre,
se agudiza más el intelecto y esto
hace que aumente el número de
equivocaciones que nos sirven
para despertar la mente y pensar.
No se pone un remiendo nuevo
en tela vieja. Hay que pensar al
equivocarnos en buscar soluciones
sencillas, cómodas y adaptadas al
problema, nunca superiores a el.
Cuidado con los parches, con soluciones
del momento.
Cualquier solución empieza siempre por
una parte del problema.
Si no encontramos la solución, ante la duda
es mejor esperar, consultar, indagar, buscar!
antes que volver a equivocarnos y perder
toda confianza y credibilidad.
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