Los sentimientos son algo tan personal,
tan particular que solo hay que creer
ciegamente en los propios sentimientos.
"Habas contadas, cuando están en el canasto"
La vida nos enseña a desconfiar de las palabras
y sentimientos ajenos y a creer ciegamente solo
en los nuestros, lo que nos dice nuestro corazón.
En toda venta hay un sentimiento de posesión
y no corresponde muchas veces al verdadero
sentimiento de la persona y es así que una vez
ha poseído lo deseado, lo devuelve o lo deja de
valorar. (Somos como chiquillos con los juguetes).
Y es por ser distinta la idea que tenemos en la mente
de lo que es la realidad. Idealizamos muchas cosas
y luego al bajar de la burra y tocar tierra vemos que
el campo no es todo orégano.
Es muy difícil que la realidad sea tal cual la sentimos.
Este es el punto mas difícil de la venta, llegar a comprender
bien lo que dicen los sentimientos y no las palabras del
comprador.
Si nos equivocamos somos los culpables, por no haber
analizado bien esos sentimientos ajenos o haberlos
idealizados sin llegar a comprender su verdadero mensaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario y procura no ser ofensivo conmigo, solo intento aportar mi granito de arena, estoy abierto a diferentes opiniones y sugerencias, muchas gracias.