Es de tontos intentar entrar si la puerta está cerrada.
Si quieres dejar un mensaje, abre la puerta, no lo dejes
fuera.
Cuantas veces al día hablamos y la persona que tenemos delante no nos escucha, solo nos oye. Mensaje perdido. Esfuerzo inútil por nuestra parte.
Así pues para que nuestro mensaje entre, la mente de las personas ha de estar con la puerta abierta, atentas y receptivas. Dos cosas nunca pueden estar en el mismo sitio al mismo tiempo. Si algo le preocupa, eso será su principal atención y no lo que nosotros le digamos.
Si la persona está pensando algo no pensará en lo que nosotros le decimos, es inútil hablar con el que no escucha.
Tenemos nuestro mensaje muy claro y el deseo de implantarlo en la mente ajena y no vemos si la otra persona tiene la mente abierta para recibir nuestra idea.
La solución para llegar es que el camino esté despejado.
Que tengamos ATENCIÓN por parte de quien nos escucha, no solo que nos oiga, que nos atienda.
Y para que nos atiendan hay que decir o hacer algo que despierte el INTERÉS. Algo que sea interesante para que la puerta se abra y penetre el mensajero.
"No gastés pólvora en chimango", como dicen en el Río de la Plata. No gastes energía en algo inútil.
Busca llamar la ATENCIÓN con algo que de verdad despierte el INTERÉS de la persona y tu mensaje llegará a su mente y podrá mover su DESEO.
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