Decisiones en caliente, mal ambiente.
Muchas veces tenemos que tomas decisiones muy rápidas, incluso reflejas, instantáneas y suelen ser vitales.
Otro tipo de decisiones es necesario ponderarlas, meditarlas por su importancia.
El problema es saber cuando hay que diferir
la decisión y cuando no.
La historia, la Gran Maestra, nos enseña que casi todas las guerras que han habido en la humanidad con el paso del tiempo, han empezado en verano. Y es que el calor nos estimula y nos activa más a tomar decisiones.
Por eso compramos más en verano y también nos arrepentimos más de haber comprado.
Rebajas, ofertas, oportunidades, liquidaciones, único día.....todo nos incita a comprar sin pensar.
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