Un error, un fallo, una equivocación, un malentendido , cualquier cosa que nos pueda hacer daño a nosotros, a la empresa o al producto, hay que atacarlo muy rápido, sin dejar que el bulo, la mentira o nuestro propio error, se haga más grande y de una simple bola de nieve se convierta en una avalancha que nos destruya.
Errores , cometemos todos pero hay que subsanarlos muy rápido para que no crezcan y pasen a mayores.
Recuerdo un caso, real, de un bar de juventudes que funcionaba muy bien hasta que alguien hizo el comentario de que un camarero, extremadamente delgado, tenía sida.
Dejaron de ir y hubo de cerrar el bar.
¿Que falló?
Cuidar la imagen, no permitir que se puedan dar estos comentarios. El muchacho, un excelente camarero no tenía buena imágen.
Hechos como este, de malos comentarios, se dan con demasiada frecuencia, unas veces por mala fe, otras por ignorancia y la mayoría de las veces por envidia.
Sea como sea, hay que evitar a toda costa cualquier posibilidad de comentarios negativos y en caso que aparezcan, atacarlos de raíz con la mayor rapidez posible.
Todos tenemos el derecho a equivocarnos pero junto con ese derecho, el deber de enmendar nuestra equivocación con la velocidad que nos permita las circunstancias.
No es bueno dejar pasar el tiempo y que la bola nos engulla.
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