Si manifestamos nuestros deseos, nuestros gustos, nuestras necesidades, nuestras preferencias y tenemos con qué responder, money, siempre aparecerá alguien que nos lo venderá.
Ahora bien si no tenemos nada a cambio, podemos estar tranquilos que nadie nos ofrecerá nada.
Cuanto mayor es el deseo de poseer algo y se manifiesta, mas caro nos sale conseguirlo; es una ley muy vieja de la oferta, el deseo y la demanda.
Así que no hablemos de que nos han vendido la burra coja, ni que nos han engañado, somos nosotros mismos ciegos por el deseo que hemos comprado.
Los sentimientos ciegan la razón y ahí está el éxito del consumismo, tener mas y más de lo mismo.
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