Todo en la vida tiene su ritmo
y pretender alterarlo es ir
contra la misma naturaleza.
Buscar el ritmo, la sintonía es
coincidir y entender el mismo
lenguaje.
El ritmo en una comunicación lo marca
el cliente y el vendedor tiene que adaptarse
a el.
Buscar el mimetismo.
Hablar el mismo idioma con las mismas
palabras, siempre que no sean negativas.
Mantener un ritmo al hablar; si no
se modulan bien las palabras , se hacen
las pausas y se resalta lo más importante,
puede convertirse en monotonía, aburrimiento.
El ritmo lo marca el cliente con su capacidad
de comprensión, velocidad de comunicación
y sentido del humor. (Este último que nunca
falte.)
Todo tiene su ritmo, su compás, como la música.
Y no hay que desafinar para sacar una buena
melodía.
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