La crisis estimula la inteligencia.
Nos obliga a "repensar".
Nos hace mas moderados.
Y nos frena al actuar.
Tanto a nivel personal, como a nivel
empresarial, estamos obligados para
subsistir a "Repelar" ; repasar todos
los gastos y eliminar los que de verdad
no son imprescindibles.
Pero hay unos gastos "fijos" que no
podemos repelar como son los de
la propia alimentación y salud y en
la empresa las innovaciones y estar
al día en el conocimiento del cliente.
Si de vez en cuando hacemos un detallado
examen de los gastos, nos sorprenderemos
al ver que muchos son por capricho, malas
costumbres , mimetismo, imprudencias,
ostentación, ignorancia, falta de interés,
o simplemente aburrimiento .
Invertir en desarrollo personal, aumentar
nuestro valor o propia marca y conocimiento
del mercado, del cliente y de las tendencias;
limitando los gastos en tecnología a los que
son necesarios en este momento, dejando
atrás sistemas y máquinas que han dejado
de ser eficaces para producir.
Repelar, si, pero lo justo.
Es aquello de : "Ni tanto ni tan calvo
que se le vean los sesos."
"In medio, virtus."
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