"La madurez del hombre es haber
vuelto a encontrar lo serio de cuando
era niño"
Nietzsche
La seriedad de la niñez es la rapidez
de absorción del mundo que nos rodea.
Es la gran capacidad de atención hacia todo.
Es sorprenderse por cada descubrimiento nuevo.
Es vivir de fuera hacia adentro guardando todos
los descubrimientos y almacenando lo que
entra en nuestros sentidos.
Es no dar nada por hecho, por normal, por indiferente.
Es no juzgar nada antes de tiempo y buscar con
paciencia objetiva los motivos de cada cosa, de cada
acción, de cada movimiento, sonido, o imágenes.
La gran curiosidad de los niños es querer poseer
muchos conocimientos, muchas cosas del mundo,
muchas vivencias y sensaciones......aventuras y
riesgos.
Este espíritu infantil nos ayuda a comprender
mejor todo, desde las personas que nos rodean
hasta las verdaderas necesidades de cada uno.
Hay que ser humildes y tratar de aprender
de todos y de todo para comprender mejor
el momento en que vivimos y adaptarnos o
alejarnos de las circunstancias negativas.
El vendedor, cualquier comunicador, si
quiere comprender bien a los demás, tiene
que tener este espíritu de la infancia, ser
en cuanto al conocimiento, como niño.
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