Sufrimos por un cliente,
de toda la vida,
que deja de ser cliente.
Sufrimos siempre por algo nuestro,
que se nos arrebata.
Sufrimos siempre por lo mismo,
por egoísmo.
El sufrimiento no se oculta y nos quita
capacidad de comunicación y empatía.
Los demás ven nuestro sufrimiento
y no se atreven a confiar en nosotros
para no sufrir ellos.
Nadie quiere sufrir.
La única forma de no sufrir es no
desear, no poseer, no tener nada
que perder.
Y para ello sólo hay un camino.
Haz un círculo a tu alrededor
y no dejes que nadie ni nada
penetrante en él. Sólo tú.
No es egoísmo, es la realidad,
cuando más felices somos, más
nos verán felices los demás y más
nos querrán imitar.
Para hacer felices hay que vivir felices,
no ser egoístas ni ambiciosos,
respetar todo y a todos y vivir
pensando que nada nos pertenece
salvo nuestra propia vida.
Piensa así, forma un círculo a tu
alrededor y que nada ni nadie
penetre, solo tu.
Te querrán, te oirán, te envidiarán
y te seguirán por ser feliz.
Deja ya de sufrir y piensa en ti.
Paradójicamente, cuanto más pienses
en ti, más querrás y apreciarás a los
demás ayudándoles a ser felices.
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