El asesinato de mas de 140 niños en Pakistán,
paralizan las fiestas de todo el mundo.
Atentado incalificable que ha dejado la Navidad
con una enorme mancha de sangre inocente y como
consecuencia, como somos humanos, todos nos
sentimos víctimas y doloridos por lo que semejante
salvajada nos paraliza la alegría de unas fiestas de
consumo, felicidad y altruismo.
No podemos sonreír, comprar regalos, compartir
felicidad....es un dolor que nos afecta a toda la
humanidad civilizada. Humanos, demasiados
humanos son estas matanzas inocentes ,como
diría Nietzche. Nos ha paralizado el dolor.
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