Hojas de árbol caídas,
capricho del viento son.
Palabra dicha,
palabra interpretada.
El viento en la hoja y la interpretación
en las palabras, determinan su final.
Cuida que tus palabras sean las más
apropiadas a la idea que quieres transmitir,
pero sobre todo que sean apropiadas para
la persona que las va a oír.
Lo más importante no es la palabra en si, sino
la interpretación que le dará el oyente. O sea
qué viento se la llevará y donde irá a caer.
Cuida el momento.
El tono y la voz, la forma y la fuerza.
La oportunidad y el contexto.
El sentido oculto que puede tener.
Y sobretodo, observa la reacción del oyente.
Ante un error o una mala interpretación ,corrige rápidamente.
Y si te has equivocado, pide disculpas y explica
el porqué de tu error, cuanto antes ,sin demasiadas
explicaciones, no hurgues pués con la intención de
borrarlo lo puedes hacer más profundo.
Explicaciones, las justas.
La semilla de un error si se elimina rápido, deja
poca huella mientras que si se deja tiempo la huella
es más profunda.
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