Desde que en los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi, 2014, se emplearan por primera vez estas cámaras de vigilancia con programas sensores biométricos para detectar personas que pudieran ser una amenaza, se emplean en múltiples comercios para estudiar los gestos de los clientes y ver su nivel de aceptación o rechazo de los productos.
Se analiza mediante estos programas biométricos no sólo el comportamiento, se analiza la personalidad, sus emociones y se predice su capacidad de compra.
Además, estos programas cruzan datos con otros clientes que les sirven para mejorar, innovar o rechazar determinados productos, llegando incluso a personalizar más la oferta.
Y todo esta información secreta se extrae sin permiso ni conocimiento del cliente que pasa ante una simple cámara de vigilancia.
En una palabra, "El Gran Hermano", nos vigila y nos conoce mejor que nosotros mismos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario y procura no ser ofensivo conmigo, solo intento aportar mi granito de arena, estoy abierto a diferentes opiniones y sugerencias, muchas gracias.