Es la forma mas rápida de engañar.
Engañarse a uno mismo.
Vemos y oimos lo que queremos ver y oir.
Nuestra mente está saturada de mensajes y
ellos son los que nos filtran la realidad.
Los hábitos no hacen al monje, pero ayudan
a distinguirlo y así todo hábito nos predispone
a considerar las cosas solo y exclusivamente
bajo su punto de vista. Nada es verdad ni
es mentira, todo es del color del cristal
con que se mira.
Entre las ilusiones creadas por el márketing
y la publicidad subliminal, compramos mas
por impulso que por necesidad y encima lo
justificamos.
De vez en cuando una crisis no viene mal para
ver el despilfarro que hacemos y valorar las
cosas.
Funciona demasiado bien el Márketing Neurológico
como para dejar de comprar.
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