"Es muy común confundir
el efecto con la causa.
Los síntomas con la enfermedad.
El mensajero con el mensaje.
Lo complicado con lo simple."
Sabemos mucho y estamos muy
informados pero no solemos hacer
lo que debemos hacer.
Las ideas mueven el mundo, si el
mundo hace caso a las ideas.
Son como los libros en estanterías,
bien ordenados en las librerías.
No sirven para nada. Son como
cadáveres en sus nichos hasta
que una mano los abre, los lee
y les da vida a sus conocimientos.
Así son las ideas.
El dolor es inevitable, pero el
sufrimiento que conlleva es
opcional. Se puede separar
la causa del efecto.
Nos complicamos la vida
haciendo lo sencillo complicado.
Creando problemas antes de que
lleguen y muchos nunca llegan,
solo son fruto de nuestra imaginación.
Una fórmula para poder diferenciar
el efecto de la causa es escribir lo
que sentimos, lo que vemos, lo que
deseamos y lo que nos dicen los demás.
Escribir los deseos es la primera
formula para conseguirlos.
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